sábado, 10 de diciembre de 2016

Leyendo a Nicholas Carr III - Pasajeros

¿Quién quiere ser manual cuando se puede ser automático? es la pregunta que hace Nicholas Carr en el primer capítulo del libro Atrapados. Pero luego plantea la desesperanza, el vacío que viene con la automatización. Ésta disyuntiva aparece al narrar la anécdota vivida en el año 1975, cuando aprendió a conducir con un carro de transmisión automática y luego se enfrentó a un carro de transmisión manual. La anécdota plantea que la transmisón manual ofrece al conductor una sensación de control, libertad y felicidad, mientras la transmisión automática es aburrida, pero al final triunfó la transmisión automática, la máquina primero que el hombre [1].

Al parecer esa disyuntiva se ha mantenido por más de treinta y cinco años y se fortaleció con el anuncio de Sebastian Thrun, en el año 2010, sobre los carros autónomos de Google. Con éste hito se rompió el paradigma de la separación entre el conocimiento tácito y explícito como límite de la inteligencia artificial y la carrera por la automatización. Cada vez más rápido y sin posibilidades de evitarlo, las TIC se apropian de espacios que tradicionalmente fueron humanos, especialmente en la productividad y en la vida laboral. Si cambiar de un carro de transmisión manual a uno automático causó desesperanza, ¿qué se sentirá cuando el carro se conduzca sólo? En consecuencia se origina la necesidad de preocuparse por los aspectos éticos, culturales, legales y, en general, humanos, pues, en términos económicos, las personas comienzan a ser infrautilizadas [2,3].

Buscando explicaciones para la disyuntiva entre lo bueno y lo malo de las TIC, Carr cita al profesor de psicología Mihaly Csikszentmihalyi y su estudio sobre la "paradoja del trabajo", de la mano con otros autores y estudios de psicología sobre el "deseo errado". Según estas teorías los seres humanos somos inconsistentes: Aunque nos sentimos más felices mientras trabajamos y persiguimos metas con disciplina, deseamos no trabajar y estar ociosos. En cambio, cuando estamos ociosos, desperdiciamos el tiempo, vemos televisión o nos dejamos envolver por las redes sociales y demás distracciones que ofrece el mercado moderno de las TIC. Por corto tiempo somos felices gracias al ocio, pero luego viene el desasociego, la desesperanza, la ansiedad y el estrés que causa la inactividad. El razonamiento propuesto por Carr es sencillo pero complejo: si las TIC automatizan todo y la paradoja del trabajo formulada por Csikszentmihalyi es un hecho que no podemos cambiar ¿qué nos queda a los seres humanos? [4]

Pero no todo es malo. Hay muchos argumentos económicos en favor de las TIC: Mejoran la productividad de las empresas, lo cual garantiza incremento en el flujo de capital y a largo plazo más y mejores empleos. Ayudan a resolver problemas monótonos dejando al ser humano el tiempo necesario para desarrollar a plenitud su inteligecia en todas las dimensiones. Resuelven problemas complejos en menos tiempo que los seres humanos, lo cual mejora su calidad de vida. En general, las TIC son una extensión de la humanidad, el sueño de crear y recrearse, ser dioses. Cuando las TIC fallan o faltan, por ejemplo, cuando no hay señal de Internet o los servidores de Facebook, Google o de la empresa dejan de funcionar, nos sentimos desorientados, no sabemos qué hacer, es como si nos amputaran una parte de nuestro cuerpo. Económicamente el balance de costo beneficio es muy claro y aceptable para todos, pero ¿cuál es el costo humano de la automatización, de las TIC por encima del hombre? [3,5]

El capítulo concluye con una anotación curiosa. Según  Csikszentmihalyi, entre todas las actividades humanas diferentes al trabajo, conducir un carro es la que más satisfacción y plenitud da al hombre, parafraseando el libro de Csikszentmihalyi, conducir un carro ofrece mejor sensación de "flujo". Los carros autónomos de Google y las TIC en general pueden ser muy nocivas para la humanidad [5].

Leer éste primer capítulo del libro es muy enriquecedor. Primero por su calidad académica, reflejada en la variedad de citas a libros y artículos de autores relevantes, investigadores, profesores universitarios, filosofos de todas las épocas. Segundo porque cada párrafo plantea una paradoja, un desafío al pensamiento humano. Y, tercero, porque es un llamado a quienes somos entusiastas de las TIC: que hagamos una pausa y demos un giro a nuestro mundo, que sigamos ConTICtualizando.

Referencias:

[1,2,3,4,5] Se refieren a las cinco secciones del capítulo 1 del libro Atrapados de Nicolas Carr, titulado Pasajeros.
Links dentro del texto a algunas de las referencias del capítulo.
 


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